CIUDAD DE MÉXICO – Tras el reciente anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la imposición de una tarifa general del 30% a las importaciones mexicanas a partir de agosto, expertos en comercio internacional anticipan que el impacto económico en México podría ser limitado, siempre y cuando se mantenga la exclusión de los bienes amparados por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La nueva medida arancelaria fue comunicada por el presidente Trump a través de una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum. En la misiva, Trump acusa a México de inacción en el combate al tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, y argumenta que el déficit comercial bilateral representa una amenaza directa a la seguridad nacional estadounidense.
En respuesta, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el canciller Juan Ramón de la Fuente emitieron una declaración conjunta, confirmando la creación de una mesa binacional. Este foro tendrá la tarea de proponer alternativas que salvaguarden los empleos y las empresas en ambos lados de la frontera antes de la fecha límite del 1 de agosto.
Clave del impacto: las reglas de origen del T-MEC.
A pesar de la preocupación inicial generada por el anuncio, especialistas en comercio internacional y análisis económico han coincidido en que el impacto real podría ser menos severo de lo esperado. Su principal argumento se basa en la sospecha de que el arancel no se aplicaría a los productos que cumplen con las estrictas reglas de origen del T-MEC. Esto significaría que gran parte del comercio bilateral, ya integrado bajo las cadenas de valor del tratado, podría quedar exento de la nueva tarifa.
La situación resalta la importancia de las negociaciones en curso y la posible dependencia de la aplicación diferenciada de los aranceles para mitigar los efectos negativos en la economía mexicana.