La inseguridad en las carreteras de México ha provocado un aumento sin precedentes en la demanda de blindaje para vehículos de carga, según alertó el Consejo Nacional de la Industria de la Balística (CNB). En el último año, este sector ha visto un incremento del 20% en las solicitudes para proteger camiones y unidades logísticas, una respuesta directa a la ola de robos y ataques cada vez más violentos y sofisticados en las rutas del país.
El CNB, que agrupa a las principales empresas del sector, señaló que los estados con mayor incidencia son Puebla, Estado de México, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Veracruz, donde el crimen organizado opera con tácticas de emboscada. Estos grupos utilizan armas largas, ponchallantas e inhibidores de señal GPS para interceptar a los transportistas, lo que ha obligado a las empresas a reforzar sus flotas con tecnología de protección.
Omar Lara, presidente de la Comisión de Blindaje Automotriz del CNB, enfatizó que blindar ya no es un lujo, sino una necesidad operativa y de supervivencia. “El panorama de inseguridad no es alentador. Por eso es fundamental invertir en tecnología de protección eficiente: soluciones más ligeras, más discretas, con ingeniería de última generación”, declaró.
Tácticas criminales más sofisticadas
Edgar Beltrán, delegado de la Comisión, explicó que la delincuencia ha evolucionado de asaltos improvisados a operaciones complejas. “El uso de armas largas, bloqueadores de señal GPS, drones y tácticas tipo emboscada ya es común en muchos corredores logísticos”, comentó. Esto ha impulsado a las compañías de transporte a buscar soluciones especializadas, incluyendo cristales balísticos, materiales más ligeros para las cabinas y sistemas de rastreo redundante para mitigar los riesgos.
El blindaje ya no se limita a vehículos de lujo, sino que se ha diversificado para proteger ambulancias, patrullas y camionetas de carga ligera, reflejando la necesidad de seguridad en diferentes sectores.
El CNB hizo un llamado a las empresas para que recurran únicamente a proveedores acreditados y legalmente registrados para garantizar la calidad y efectividad de los materiales. La falta de certificaciones podría poner en riesgo la carga y, más importante aún, la vida de los operadores.
Finalmente, el Consejo ofreció su colaboración con autoridades y cámaras empresariales para desarrollar protocolos de seguridad y estrategias preventivas, instando al sector logístico a tomar decisiones informadas en un entorno que exige mayor preparación y resiliencia.