Luego de 28 días de cierres en las vías del tren en el estado de Michoacán, el pasado 11 de febrero el Sector 9 de la Sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) liberó las rutas ubicadas en la comunidad de Caltontzin, en Uruapan.
Los responsables del paro de al menos 400 trenes y 3.5 millones de toneladas de mercancía suspendieron la protesta por el desgaste de los miles de agremiados, sin embargo, aseguraron que de no concretarse las negociaciones pertinentes con las autoridades federales y estatales no temen el volver a tomar las vías férreas.
Los dirigentes de la Sección 9 aseguraron que la suspensión del bloqueo se trató de un “acto de buena fe” para con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, porque quieren que las negociaciones entre la CNTE y los diferentes niveles de gobierno lleguen a buen puerto.
El sector industrial reportó que como resultado de dichos bloqueos se dejaron pérdidas económicas que ascienden a
los 30,000 millones de pesos a nivel nacional y casi 8,000 millones en el estado de Michoacán; Ricardo Bernal Vargas, presidente de la Asociación de Industriales de Michoacán (AIEMAC) externó que tras el retiro de los profesores en Uruapan, la empresa Kansas City Southern México (KCSM) procedió a la revisión de su infraestructura para asegurarse de que no existieran desperfectos.
El representante de los industriales aseguró que el daño económico ocasionado durante los días del bloqueo será casi imposible de recuperar, por lo que solicitó a la Federación hacer uso de la fuerza pública en caso de que vuelva a presentarse una situación de tal naturaleza, pues varias industrias, principalmente del sector acerero resultaron afectadas, declarándose incluso en paros técnicos, reportando pérdidas millonarias y forzando incluso el incumplimiento de varios contratos, situaciones que obligarán a las compañías a realizar diversos ajustes.
Por su parte, Felipe de Javier Peña, presidente de la Comisión de Transporte de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) detalló que las afectaciones también golpearon a la industria automotriz y de autopartes, incluso mencionó que este tipo de empresas tuvo que trasladar componentes urgentes vía terrestre o por puente aéreo para abastecer sus plantas armadoras, pues de acuerdo a la información de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, varias empresas reportaron costos superiores al millón de pesos diarios por concepto de traslados.
Finalmente, Felipe de Javier Peña habló sobre un posible incremento en las pérdidas que aún no ha sido cuantificado, por supuesto, se refiere a los posibles robos a daños causados a la mercancía dentro de los más de 400 trenes detenidos.