Según las últimas cifras de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) la situación de la antigüedad de la flota vehicular sigue siendo una asignatura pendiente que afecta en cuestiones de seguridad, productividad y competencia, eso sin mencionar, el impacto ambiental que ocasiona el uso de vehículos que no cuentan con las últimas exigencias tecnológicas para disminuir el número de emisiones contaminantes.
La DGAF señala que el año modelo más popular del año pasado fue el 2008, ya que de los 496,057 camiones y tractocamiones registrados, el 5.04% de ellos son unidades que tienen 10 años de antigüedad. A detalle se explicó que tres de cada 10 vehículos de carga oscilan entre los años 2010 y 2019, sin embargo, aún existen unidades que tienen hasta 60 años de antigüedad, pues el organismo precisó que durante el 2018, se tuvo conocimiento de 482 camiones y 570 tractocamiones que son del año de 1960.
Al hablar de los autobuses, se compartió que el año modelo de mayor registro en unidades de servicio federal de traslado de pasajeros fue el 2003, seguido del 2017, mientras que al referirse al transporte turístico el año es el 2018.
La tendencia no mejora, pues la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) señaló que para el final del año pasado la antigüedad promedio para unidades de carga era de 16.6 años, mientras que, para vehículos de pasaje era de 11.5 años, sin embargo, y tal como varias organizaciones especializadas en la materia anunciaron, la cifra no ha disminuido, pues al cierre del primer bimestre de este 2019, la edad para las unidades de carga se registró en los 17.96 años, mientras que para los autobuses, llegó a los 12.79 años.
En lo correspondiente a las unidades de arrastre, la situación es aún mucho peor, pues la Dirección General de Autotransporte Federal tiene datos que señalan que más del 40% de los remolques y semiremolques tienen más de 20 años, pues el año modelo más popular es el 2000.
La Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos, A.C. (CONATRAM) ha señalado su interés en mejorar ésta situación, sin embargo, el Programa de Chatarrización está congelado desde finales del año pasado y aunque ya se han establecido varias pláticas con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, no se han observado intención de reactivarlo, incluso cuando otras organizaciones del sector tal como la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT) ha anunciado la importancia que tiene la renovación de las unidades, desde el punto de vista de la productividad, la competencia y la seguridad vial.