El pasado 9 de marzo, la Bolsa Mexicana de Valores registró un “lunes negro”, pues la divisa mexicana se desplomó a consecuencia de la incertidumbre mundial que existe entorno al avance del COVID-19, y el derrumbe de los precios internacionales del crudo, la moneda mexicana se depreció en un 4.83% con respecto al cierre oficial de actividades del Banco de México (Banxico) justo el viernes anteriores, dejando al peso cerca de las 22 unidades por dólar, el nivel más bajo desde casi 3 años, y en condiciones económicas similares a las apreciadas en la crisis financiera global del 2008. 

El petróleo perdió una tercera parte de su valor y finalizó en 24.43 dólares por barril, el precio más bajo desde febrero de 2016. Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que la cotización de la mezcla mexicana de crudo de exportación se desplomó 31.7% , su peor caída desde 1991.

Los precios del petróleo a nivel mundial se hundieron alrededor de 25%, después de que Arabia Saudita desatara una guerra de precios con grandes rebajas de sus barriles de crudo. Los mercados temen ahora una crisis de la economía real, a medida que el nuevo coronavirus afecte las cadenas de producción de todo el planeta, obligue a cancelar vuelos y eventos,  y se derrumbe el turismo.

La tendencia a la baja siguió en picada y luego de quince sesiones con cierres negativos, el pasado 23 de marzo, el peso cayó y superó las 25 unidades por dólar, un nuevo mínimo histórico. 

A detalle, varios especialistas explicaron que la divisa nacional seguirá en aprietos debido al brote del virus COVID-19, y a la incertidumbre que ha generado el gobierno mexicano al no brindar cifras oficiales, y mostrar una lenta reacción sobre el tema, lo que incrementa el impacto económico general. 

México no es la única entidad bursátil que presenta afectaciones, pues Wall Street ha cerrado con pérdidas en su principal indicador, el Dow Jones; la tendencia cubre a todo el mundo, pues los mercados de Milán, España,  Londres, y Sao Paulo, también han presentaron caídas significativas. 

La llegada de la caída comercial llega en un momento de fragilidad para Petróleos Mexicanos (Pemex), la compañía más endeudada en el mundo, y aunque el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha dejado claro que de acuerdo con su plan de inversión, no habrá afectaciones directas al mercado nacional debido a que las finanzas públicas han diversificado sus fuentes de ingreso. 

Durante dicha jornada y con la intención de fortalecer el peso mexicano frente a la volatilidad generalizada en los mercados, se anunció que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en colaboración con Banxico implementaron una serie de medidas que buscarán detener el hundimiento del precio de la divisa mexicana y “blindarla”, en caso de futuros desplomes. 

Finalmente,  el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, afirmó que seguirán siendo cautelosos, y mantendrán monitoreado diariamente los mercados del mundo, en coordinación con el banco central.