El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que obliga a los conductores de vehículos comerciales a demostrar dominio del idioma inglés, con el argumento de que esta medida fortalecerá la seguridad pública en las carreteras del país.
La iniciativa, presentada como una respuesta a problemas de comunicación entre camioneros y autoridades locales y federales, ordena al Departamento de Transporte incluir una prueba de inglés como parte de los requisitos para obtener o renovar licencias comerciales.
“Hay muchos problemas de comunicación de los camioneros tanto con las autoridades federales como con las locales, lo que obviamente representa un riesgo para la seguridad pública. Por lo tanto, vamos a asegurarnos de que todos nuestros camioneros, que son la columna vertebral de nuestra economía, hablen inglés. Es una política de sentido común”, declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en rueda de prensa.
La orden ejecutiva subraya que la ley federal ya establece la obligación de que los operadores de vehículos comerciales “lean y hablen inglés lo suficiente como para conversar con el público en general, comprender las señales de tráfico en inglés, responder a las solicitudes oficiales y realizar anotaciones en informes y registros”. No obstante, el presidente Trump argumentó que este requisito “no se ha aplicado en años” y que ello ha contribuido a que las carreteras del país “se hayan vuelto menos seguras”.
Además de exigir el cumplimiento estricto del dominio del idioma, el decreto ordena revisar los permisos de conducir comerciales emitidos por agencias estatales para identificar posibles irregularidades, patrones inusuales o deficiencias en los protocolos de verificación. Según el texto, el objetivo es mejorar los mecanismos de control y garantizar que solo conductores calificados estén detrás del volante.
Esta nueva política se enmarca dentro de una serie de medidas impulsadas por Trump con un fuerte enfoque en la inmigración y la identidad nacional. El mandatario ya había declarado oficialmente el inglés como “idioma nacional” en un decreto emitido el pasado 1 de marzo.
Sin embargo, la orden ejecutiva ha generado críticas desde distintos sectores. La Asociación Nacional de Camioneros cuestionó la narrativa planteada por el gobierno federal, negando que haya habido un aumento significativo de camioneros extranjeros que hayan desplazado a trabajadores estadounidenses o que representen un riesgo para la seguridad vial.
“Es falso que exista un aluvión de conductores foráneos operando ilegalmente o sin las competencias necesarias. La mayoría de los accidentes viales están relacionados con factores como la fatiga, el estado de las vías o el exceso de trabajo, no con el idioma”, señaló la organización en un comunicado.
Por ahora, la administración Trump no ha especificado cómo se implementará el nuevo examen ni qué entidad será responsable de su aplicación. Tampoco se han detallado los mecanismos de fiscalización o las posibles sanciones en caso de incumplimiento. La medida forma parte de una ofensiva más amplia del gobierno para endurecer las regulaciones migratorias, que también incluye otra orden firmada este lunes en la que se instruye a autoridades estatales y federales a publicar listas actualizadas de “ciudades santuario”, es decir, aquellas jurisdicciones donde las autoridades locales limitan su cooperación con las agencias federales de inmigración.